miércoles, 21 de abril de 2010

El volcán islandés


La erupción se cree que comenzó el 20 de marzo de 2010,[1] [2] a unos 8 kilómetros al este del cráter del volcán, en la región de Fimmvörðuháls, donde es muy popular la práctica del senderismo. Esta primera erupción no ocurrió en el glaciar y fue menor que la prevista por algunos geólogos, puesto que desde el 4 de marzo se había detectado una deformación del volcán, que presentaba una tasa de crecimiento de un centímetro diario, fruto del ascenso del magma, que fue acompañada de una serie de sismos, lo que hizo desalojar a los habitantes más cercanos al glacial.
Una serie de importantes eventos volcánicos ocurrieron en Eyjafjallajökull en Islandia en 2010 a causa del volcán Eyjafjalla. La actividad sísmica se inició a finales de 2009, y dio lugar a una erupción volcánica el 20 de marzo de 2010. Una erupción el 14 de abril de 2010 arrojó ceniza volcánica varios kilómetros en la atmósfera lo que llevó al cierre del espacio aéreo sobre la mayor parte del norte de Europa a partir del 15 de abril, afectando los planes de viaje de millones de pasajeros.





Se espera que si la nube de cenizas alcanza la estratosfera se produzca un descenso de la temperatura global, ya que las cenizas reflejarían la radiación solar, al igual que sucedió en 1992 tras la erupción del monte Pinatubo en Filipinas.[26] Además la notable disminución del tráfico aéreo ocasionan una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero de aproximada de 2,8 millones de toneladas de dióxido de carbono (Co2) menos en la atmósfera.

Los cuatro tipos comunes

Dependiendo de la temperatura de los magmas, de la cantidad de productos volátiles que acompañan a las lavas y de su fluidez o viscosidad, los tipos de erupciones pueden ser:

Hawaiano, de lavas muy fluidas y sin desprendimientos gaseosos explosivos. La lava se desborda cuando rebasa el cráter y se desliza con facilidad, formando verdaderas corrientes a grandes distancias.

Estromboliano. La lava es fluida, con desprendimientos gaseosos abundantes y violentos. Debido a que los gases pueden desprenderse con facilidad, no se producen pulverizaciones o cenizas. Cuando la lava rebosa por los bordes del cráter, desciende por sus laderas y barrancos, pero no alcanza tanta extensión como en las erupciones de tipo hawaiano.

Vulcaniano, tipo de volcán se desprende grandes cantidades de gases de un magma poco fluido que se consolida con rapidez. Las explosiones son muy fuertes y pulverizan la lava, produciendo gran cantidad de cenizas que son lanzadas al aire acompañadas de otros materiales. Cuando la lava sale al exterior se consolida rápidamente, pero los gases que se desprenden rompen y resquebrajan su superficie, que por ello resulta áspera e irregular.

Peleano. Entre los volcanes de las Antillas es célebre el de la Montaña Pelada de la isla Martinica por su erupción de 1902, que ocasionó la destrucción de su capital, San Pedro. Su lava es extremadamente viscosa y se consolida con gran rapidez, llegando a tapar por completo el cráter. La enorme presión de los gases, que no encuentran salida, levanta este tapón que se eleva formando una gran aguja.

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